Siempre hemos hablado de los lugares tan hermosos que tiene nuestra ciudad. Y la verdad es que somos unos privilegiados, ya no hay otra igual. Pero hoy hemos querido echar la mirada atrás y descubrir la otra cara de la Bella Easo. Las industrias donostiarras, y en especial, una la Fábrica de la Cerveza “El León”, que se situaba en el barrio del Antiguo. ¿Os acordáis?
Seguro que algún que otro vecino del barrio donostiarra del Antiguo se acuerda de esos paseos que dabais por la zona industrial, hace más de 60 años. Hoy se ha convertido ya en una elegante barriada residencial de Donostia, pero en aquel entonces, existían varias fábricas, y entre éstas, había tres muy cercanas una de la otra: Chocolates Suchard, Jabones El Lagarto y Cervezas El León. La cerveza el León ha sido una cerveza muy reconocida en Gipuzkoa. Fue toda una novedad, y es que, a finales del siglo XIX no existían muchas empresas que producían cerveza. Y es que, por aquel entonces, era más habitual el consumo del txikito o del vino. Comenzó, poco a poco, la moda de probar otros refrescos, y a mediados del siglo XIX llegó a Donostia don Benito Kutz. Así empezó una saga familiar de empresarios cerveceros. Fue a finales del siglo XIX, cuando los hermanos Juan y Teodoro Kutz abrieron su propia fábrica en el barrio de El Antiguo, a poca distancia de la playa de Ondarreta. Mediante un sistema de transmisión de poleas movían todo en la fábrica: los molinos de malta, las cintas transportadoras de cajas, de botellas, las hélices… Así, comenzaron a trasladar la producción por toda Gipuzkoa.
En 1982 inauguraron una nueva fábrica en Arano, Navarra. Como consecuencia, las anteriores instalaciones de El León, en Benta Berri, se desamortizaron y se creó el barrio residencial que hoy conocemos. Como curiosidad cabe señalar que, la familia Kutz llegó a tener su propio establecimiento, el café Kutz, en uno de los mejores paseos de San Sebastián, Boulevard esquina Garibay, durante los años que la fábrica estaba en Donostia.
Además, en el casco antiguo de Donosti, en la calle Puerto, se emplaza el restaurante La Fábrica, un local típico vasco que debe su nombre a la vieja fábrica. Hoy una referencia en el mundo de la hostelería y el turismo.